EL COMPROMISO

La motivación es la fuerza impulsora de nuestras vidas. Pero una fuerza impulsora puede tener muy poco efecto a menos que exista un destino definido y un plan que nos permita llegar hasta él.

Antes de hacer algo, tiene que existir un deseo de hacerlo, ya que, de otro modo, será muy improbable que ni siquiera lleguemos a empezar. Cuanto más fuerte sea el deseo de realización, con tanta mayor probabilidad terminara por materializarse. El verdadero deseo ardiente impulsara los pensamientos y las acciones que harán que un objetivo sea alcanzable.

En su forma más sencilla, la motivación es lo que le hace levantarse de la cama cada día y le hace acudir a su trabajo. Eso puede hacerse por una de varias razones:

1.- Porque el despertador se ha estropeado  sabe usted, automáticamente, que está obligado a responder mediante la pura fuerza del hábito y la obligación.

2.- Porque eso le permite vivir y aportar a quienes dependen de usted, así que tiene que poner la marcha, por muy de mala gana que lo haga, para salir al mundo y hacer aquello que la vida le exige que haga.

3.- Porque esto es el principio de un nuevo día que promete un potencial ilimitado, nuevas aventuras y experiencias. Nadie sabe lo que sucederá. El mundo es un lugar excitante.

Las dos primeras razones para levantarse representan lo que yo denominaría como motivación pasiva, lo que constituye una contradicción de sus términos. Y la número tres es una verdadera automotivación activa. Un ingrediente accesible para todos y fundamental para aquellas personas que buscan realizar sus sueños, desarrollándolas y alimentándolas constantemente.

Ahora bien, ¿Qué es el éxito? ¿Que es lo que nos puede hacer actuar con mayor rapidez y efectividad? Para mí esto es el A-B-C de la vida…

ACTITUD – CERTIDUMBRE – COMPROMISO

Muchas personas hablan del éxito como algo que tiene mucho que ver con “ganar”. No estoy seguro de saber qué significa eso, puesto que ganar implica que alguien más ha perdido o ha salido derrotado. En la búsqueda de nuestro propio éxito, lo último que deberíamos hacer es causar daño al ego de los demás, sino que más bien deberíamos ayudarlos a alcanzar sus propios objetivos y logros.

La actitud se refiere a la forma que tenemos de percibir las cosas y, en buena medida, a la forma que tenemos de percibirnos a nosotros mismos. No son los resultados los que determinan las actitudes, si no que son las actitudes las que determinan los resultados.

La creencia es nuestro segundo atributo vital y, como puede comprenderse con facilidad, se ha desarrollado de modo natural a partir de la actitud y de todo lo que hemos dicho al respecto.

El compromiso surge con suma facilidad a partir de la creencia, puesto que es el lado más práctico de la realización de sus sueños o deseos. El compromiso es la fuerza necesaria para impulsarse hacia adelante, y para hacer todas aquellas cosas que tiene que hacer para alcanzar el verdadero éxito.

En consecuencia, el verdadero éxito en cualquier ámbito tiene que ir acompañado por una sensación de crecimiento personal y por la satisfacción de saber que las acciones que lo trajeron consigo han beneficiado o han mejorado una situación, han ayudado a un individuo o han aportado alguna clase de enriquecimiento a la vida, en general.

Mire hacia el futuro, porque allí es donde pasara usted el resto de su vida.

La actitud es: ¡Aquí estoy! ¡Este soy yo!

La creencia es: ¡Puedo hacerlo!

El compromiso es: ¡Hazlo ahora!

Y TODO ESO SE SUMA PARA PRODUCIR LA MOTIVACION.